Los motivos que han hecho del corazón artificial una realidad
Las enfermedades cardiovasculares suponen una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Su amplio impacto y las costosas alternativas de tratamiento hicieron que estas enfermedades adquirieran un interés especial para la investigación. A pesar de los numerosos avances en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular, muchos pacientes no respondían a los tratamientos, siendo su única esperanza el trasplante de corazón. Esta alternativa, desafortunadamente también cuenta con numerosos obstáculos como el rechazo del órgano en el paciente trasplantado, las infecciones o los tiempos de espera para recibirlo. Estos hechos permitieron que hoy pueda escribir un artículo sobre cardiología para recordar el primer trasplante de corazón artificial que hubo en mi país, realizado por un equipo médico del hospital de Bellvitge en Barcelona el 17 de junio de 2007 que lideró el doctor Eduard Castells. Pero os preguntaréis, ¿en qué consiste esto del corazón artificial?
Se trata de una bomba (ver figura 1) conectada por unos tubos de conducción que pasan por los orificios del estómago para conectarse a un controlador que se sitúa fuera del cuerpo. Esta bomba tiene cuatro válvulas mecánicas que conectan el corazón artificial con las aurículas y arterias principales del paciente, permitiendo que la sangre fluya por el cuerpo.
Es importante destacar que la búsqueda de un corazón artificial sigue siendo un reto para la investigación médica. Por el momento, este corazón mecánico está diseñado para ejercer de puente hasta que los pacientes puedan encontrar un corazón compatible.
Experiencias de pacientes que han recibido un corazón artificial.
Los testimonios de los pacientes que han recibido un corazón artificial nos permiten comprender mejor cómo ha mejorado su calidad de vida. A continuación, conoceremos brevemente la historia de dos pacientes para resaltar el impacto que ha tenido esta tecnología en su vida diaria.
• Óscar, 47 años
El paciente fue trasplantado en 2016 en la Clínica Universidad de Navarra. Asegura que, aunque el postoperatorio fue complicado, mereció la pena y añade que ahora puede dormir tumbado, algo que antes era incapaz ya que se ahogaba. También puede practicar deportes como caminar o hacer bicicleta en el gimnasio.
Por otro lado, asegura que es inevitable despertarse de vez en cuando para asegurarse de que todo está funcionando correctamente.
• Arena, 13 años
La paciente se sometió a un implante en 2022 en el Hospital Universitario La Paz de una bomba pulsátil que se conecta a su corazón enfermo. En este caso, se trata de un aparato más ligero que permite a la joven moverse con mayor facilidad. Arena asegura que ahora puede ir al cine con sus amigas, dándole la oportunidad de poder salir del hospital mientras espera un nuevo corazón.
Desafíos de la investigación en la mejora continua de la salud cardiaca de estos pacientes
La investigación en este campo se enfrenta a numerosos desafíos para que haya una mejora continua de la salud cardíaca de los pacientes trasplantados. Estos retos incluyen los siguientes puntos clave:
- Durabilidad y fiabilidad del dispositivo implantado: aunque los corazones artificiales han avanzado en términos de durabilidad y fiabilidad, todavía existen desafíos en cuanto a la autonomía de estos dispositivos ya que la calidad de vida puede verse afectada por la necesidad de cambios frecuentes relacionados con el controlador y con su carga una vez que el paciente está en casa.
- Portabilidad y comodidad: Los controladores de un corazón artificial que usan los hospitales suelen ser grandes, limitando la movilidad de los pacientes, además de ruidosos. La investigación tiene el reto de hacerlos más portátiles y menos invasivos.
- Reducción de efectos secundarios: los investigadores deben enfocarse en identificar posibles riesgos de infección e incompatibilidad para mejorar la tolerabilidad de estos dispositivos.
- Costes y acceso: los corazones artificiales pueden resultar muy caros en ocasiones, limitando su acceso tanto a pacientes como a los sistemas de salud. Por ello, se debe intentar disminuir los costes mejorando los procesos de fabricación para hacerlos más asequibles. Esto es importante ya que entre el 60% y el 80% de las personas que reciben un corazón artificial viven lo suficiente para recibir un trasplante cardíaco.
Conclusiones
Mientras que los corazones artificiales han supuesto una revolución en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca en estados avanzados, a la espera de poder recibir un trasplante de corazón, la investigación es crucial para superar los desafíos existentes y seguir mejorando la salud cardiaca y la calidad de vida de los pacientes trasplantados.
Las historias personales destacan la importancia de la innovación continua y el apoyo de los servicios médicos para garantizar que los pacientes no solo sobrevivan, sino que también prosperan después del trasplante.
Para concluir, te recomiendo ver el documental Corazones artificiales producido por TVE hace unos años. En este documental, los pacientes trasplantados relatan sus experiencias sobre lo que les ha supuesto tener la oportunidad de tener un corazón artificial.